Vértebra Cultural “la columna”

LENSEGUA en el universo cultural guatemalteco

Mónica Aguilar

ANTIBIOGRAFÍA

Soy una lectora empedernida, devoro páginas de libros y minutos en audiolibros. Me conecto con el universo a través del cuidado de mis plantitas y mis perros, y cuando salgo a correr. Soy educadora de maestros y estudiantes, y estoy en constante aprendizaje. Siempre pregunto “¿por qué?” con las cosas habituales, ya que la curiosidad sociológica es el filtro con el que percibo la sociedad.

LENSEGUA en el universo cultural guatemalteco

Guatemala es un país multicultural. Una de las culturas que encontramos en este universo es la de la Comunidad Sorda.1  ¿Cuál es mi relación con esta cultura y comunidad? Soy una HOPS, hija oyente de padres sordos. Mi mamá perdió la audición a los 19 años a causa de una enfermedad. Ella se considera sorda profunda hablante, ya que su proceso formativo empezó como el de una persona oyente. Mi papá nació sordo, pero tiene algunos restos auditivos. A veces podemos hablar por teléfono y me escucha, a veces no. También le gusta poner música a todo volumen y sentir los bajos en las canciones. Se considera a sí mismo como sordo hipoacúsico. Su forma favorita de expresarse es con la Lengua de Señas de Guatemala, LENSEGUA.

La cultura sorda es algo que se vive y se celebra en todo el mundo. Cada país tiene su propia lengua de señas, y muchos de ellos tienen un nombre específico para la propia. En Guatemala, LENSEGUA; en Honduras, LESHO; y en Costa Rica, LESCO; para poner algunos ejemplos. Durante la última semana de cada septiembre se conmemora internacionalmente la semana de las Personas Sordas. También, cada 23 de septiembre se conmemora el día internacional de las Lenguas de Señas; y desde el año pasado -debido a la aprobación del decreto 03-2020-, en esa misma fecha se conmemora el día de la LENSEGUA en Guatemala.

¿Qué relación tiene este decreto, el 03-2020, con la Comunidad de Sordos de Guatemala? Como buena socióloga, no puedo empezar a contarles sobre esto sin antes hablar del contexto histórico de los participantes de esta historia, y sus eventos. Empecemos con la idea de discapacidad. Condiciones como la sordera, ceguera, pérdida física de algún miembro del cuerpo, etc. siempre han acompañado a las personas, desde que existimos en sociedad. Estas condiciones podían darse por llegar a una edad avanzada, por un accidente, o ser congénitas. Sin embargo, cómo se percibían y qué significaban para las sociedades son ideas que han cambiado a lo largo del tiempo.

Hay tres grandes paradigmas que enmarcan el proceso que ha tenido la humanidad en su relación con la discapacidad. El primero es conocido como segregacionista o eugenésico. ¿Qué les dice ese nombre? Piensen en las historias del ejército espartano, que empezaba la selección de sus miembros desde la infancia, al ejecutar en el Monte Taigeto a los bebés con defectos físicos, o en el programa Aktion T4 nazi. O en las personas con discapacidad (PcD) que eran escondidas por sus familias del resto de la comunidad, porque se creía que era un castigo divino. Esa es la eugenesia o segregación.

Luego, está el segundo modelo, llamado médico/rehabilitador. Desplazó al anterior como el predominante, y aún persiste en el imaginario de algunas sociedades. Se enfoca en que las PcD son sujetos que deben ser intervenidos para llegar a ser “normales”, como los demás miembros de la sociedad. La discapacidad es algo que puede ser curado, tratado o rehabilitado (Tobar, 2013). Según este modelo, las PcD son sujetos pasivos que no tienen (o no deben tener) una opinión sobre cómo rehabilitarlos, es un modelo paternalista. Un excelente ejemplo de cómo el modelo se condensa en la sociedad, es con el artículo 53 de la Constitución Política de la República de Guatemala:

Artículo 53. Minusválidos. El Estado garantiza la protección de los minusválidos y personas que adolecen de limitaciones físicas, psíquicas o sensoriales. Se declara de interés nacional su atención médico social, así como la promoción de políticas y servicios que permitan su rehabilitación y su reincorporación integral a la sociedad.

Estas nociones de que la discapacidad era algo que se tenía que curar, nunca nos sentaron bien. En las experiencias de vida con mi familia, no sentía que nuestra otredad necesitara tratamiento. Necesitábamos accesibilidad e inclusión. Aquí entra el tercer paradigma. Este es llamado modelo social, y distingue entre dos conceptos: deficiencia: la condición física de una persona, relacionada con la pérdida de alguna función u órgano; por ejemplo: la sordera, y la discapacidad: una situación social de opresión o desventaja en la que se coloca a la persona poseedora de una deficiencia (Tobar, 2013). Este modelo también se centra en las PcD como sujetos activos en la sociedad, involucrados en la dignificación de su vida y derechos. La Federación Mundial de Sordos acuñó una frase para la conmemoración de 2021 que dice: “¡Nada sobre nosotros, sin nosotros!”,haciendo referencia a que las mismas PcD deben estar involucradas.

Y precisamente el involucramiento y lucha de la misma Comunidad Sorda logró que el decreto 03-2020 fuera aprobado por el Congreso de Guatemala. Fue una lucha de bastante tiempo, desde un primer borrador entregado en 2008, el cual permaneció engavetado más de diez años, hasta la versión final que fue aprobada el año 2 pasado. Gracias al trabajo conjunto de diecisiete organizaciones de Personas Sordas, se conformó la mesa técnica de la Ley de Lengua de Señas de Guatemala. Estas organizaciones fueron Asorgua, Asedes, Asorsuchi, ADSQ, Servicios para Sordos Latinos, En-Señas Guatemala, LAVOSI, COSORGUA, ASQ, FUNDAL, Ministerios de Sordos en Guatemala, Comité Prociegos y Sordos de Guatemala, Cosorlgbt, Intergua, Andisysc, y el CONADI.

¿Por qué es importante que se haya aprobado esta ley? Porque Guatemala avanza más hacia el paradigma social, y se aleja del paradigma médico/rehabilitador. Porque el reconocer a la LENSEGUA como otro idioma oficial del país es dignificar a las Personas Sordas, así como promover que esta sea su lengua materna y que no sufran discriminación por ello.

Demasiadas generaciones de sordos -incluyendo la de mi papá- vivieron un método de aprendizaje llamado oralismo, que consistía en la repetición de palabras o frases, hasta lograr una correcta pronunciación. Esta metodología no le proveía a los estudiantes una conexión entre palabra y significado, ni les daba suficiente input para su desarrollo cognitivo. Me cuenta mi papá que con sus compañeros se ideaban señas para comunicarse, y les encantaba hablarse así. Desde su intuición de niños sabían que eso era más significativo para ellos. Sin embargo, debían hacerlo a escondidas porque si los maestros los veían, les pegaban o les amarraban las manos.

Muchas veces he escuchado frases como “es una persona muy inteligente, aunque sea sordx”, o “tanto que ha logrado a pesar de su discapacidad”, y me enojan profundamente porque la condición de sordera no es la limitante de las capacidades. Es como pensar que quienes emigran y no hablan el idioma del país al que llegan son menos inteligentes porque no lo dominan. Las Personas Sordas tienen la misma capacidad que un oyente de ser inteligentes y tener una vida llena de triunfos. Una frase más adecuada sería “tanto que ha logrado, a pesar de la poca accesibilidad e inclusión de este país”. 

 

La clave está en la accesibilidad y en la inclusión. En las oportunidades que sí les son otorgadas. El bloqueo sistemático de una sociedad que no promueve el uso de una lengua de señas, y que fomenta que la discapacidad es algo que se debe curar; esas sí son condiciones que perpetúan menores niveles de escolaridad, precariedad, y en muchos casos, pobreza entre la población de PcD. 

 

Les invito a la autorreflexión, y a pensar en nuestras percepciones. Algunas preguntas podrían ser: ¿Qué modelo de la discapacidad gobierna mis puntos de vista?, ¿Qué ideas tengo de las Personas Sordas y en qué se basan?, o ¿Lo que verbalizo sobre la discapacidad es congruente con lo que pienso? Probablemente tengamos que deconstruir algunas ideas, y no es de extrañar. También esta es una invitación a acercarse a la Comunidad Sorda, con cualquiera de las organizaciones mencionadas anteriormente. Aprender LENSEGUA abre puertas sociales y mentales. 

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1 El uso de la palabra “Sordo” o “Sorda” con mayúscula, responde a una cuestión identitaria y cultural. Cuando se utiliza con minúscula, se refiere a la condición de poder o no poder escuchar, y al usarse con mayúscula se hace referencia a un grupo cultural.

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2 Este borrador de ley fue entregado al Congreso en 2008, y fue conocido como Iniciativa 3932. Ese mismo mes, Guatemala también ratificó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, un tratado internacional que reconoce los derechos de las PcD en función del modelo social. En 2016 hubo otro intento por reconocer a la LENSEGUA, el cual también quedó engavetado.

 

Referencias: 

Congreso de la República. 1985.. Constitución Política de la República de Guatemala (Const Art. 53) 

Tobar, A. (2013). Tobar Estrada, A. (2013). El Campo de atención a la discapacidad en Guatemala (1ra ed.). Editorial de Ciencias Sociales.